domingo, 11 de septiembre de 2011
Pueblos del Pirineo Navarro / Nafarroako Pirineoaren Herriak /Villages du Pyrénée Navarre
Así como el frondoso hayedo crece, incluso entre las musgosas moles de caliza, hacia los tenues haces de luz cenital; los pueblos pirenaicos de Navarra se levantan, no muy distantes entre ellos, en laderas soleadas y en valles abiertos a base de piedra, madera y hierro forjado. Las bordas, los desperdigados restos megalíticos y algún que otro baluarte en ruinas, junto con los puentes de arco de medio punto, suelen servir como hitos de numerosas sendas y caminos, donde desaparece el característico pavimento de pizarra.
En los núcleos de población, los frontones y los peculiares hórreos pirenaicos ya muestran diversos motivos de singularidad. Pero particularmente las fachadas de las casas, sobre la clave del arco de la puerta principal, informan bien del emblema del valle bien de alguna leyenda referente a la construcción o a la reconstrucción del edificio y al nombre de la casa o, lo que es lo mismo, el apellido familiar. Las macetas de geranios de los balcones y de los zaguanes celebran la estación de la abundancia. Y los ramilletes secos de plantas con propiedades curativas o, más recientemente, las flores de girasol continúan conjurando las amenazas de la naturaleza y del alma desde la madrugada de San Juan, igual que se ha hecho desde tiempos inmemoriales.
Sirva el saludo fotográfico final a Orbaitzeta, en el Valle de Aezkoa, para reconocer tanto la hospitalidad de su gente como su situación privilegiada para iniciar no pocas excursiones por los bosques, las cimas y los valles del Pirineo Navarro.
Texto: Carlos G. Salazar
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Magnificos detalles de la construcción navarrica, muy buena colección Fernando
ResponderEliminarFernando, me encantan los detalles que has captado de la construcción típica. Un Abrazo
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